lunes, 12 de septiembre de 2016

Ir al Supermercado

Ir al Supermercado

Un saludo en el día de hoy a quienes leen mi blog, en especial a aquellos que como yo son venezolanos. 

En la anterior oportunidad cuando escribí mi primera entrada o artículo, como quieran llamarlo, lo hice tratando de dar a conocer a través de mi voz la preocupación, tristeza y el mundo de desilusiones que actualmente vivimos los venezolanos, en especial los jóvenes, ya que como bien se ha dicho, somos el futuro de nuestro país, el cual se esta viendo opaco y sombrío si las cosas continúan como hasta ahora. 

Sin pensar tanto en ello, ya que si pienso mucho siento que me deprimo más, salí hoy de mi casa a cobrar un dinero y se me presentó la oportunidad de pasar por un supermercado, fue ahí donde se me ocurrió escribir sobre ello. 

Recuerdo que en mi infancia ir al supermercado era como sacarse la lotería, yo adoraba hacerlo, de echo, como a muchos niños de los 90 tomaba esa tarea como si se tratara de ir a pasear a un parque. Para el que no entienda porqué ir a un supermercado era tan gratificante es porque seguramente nunca vio lo que nosotros, esos anaqueles estaban full de comida de todo tipo. Uno de los lugares favoritos al que me gustaba ir era a San Diego, porque allí se encontraba de todo, diez (10) marcas diferentes de pasta, arroz, queso, atún, salsa de tomate... ufffff  y ojala se tratara solo de la comida, había un enorme pasillo donde solo había licor y recuerdo que mis padres por lo menos una vez al mes lo recorrían para darse un gusto, pero no se crean, no era solo distracción para los adultos, había por lo menos seis (6) pasillos repletos de juguetes de todo tipo y en fechas especiales las niñas salían con su barbie más accesorios y los niños con su deportivo a control remoto. ¡Era genial! Hasta ropa de marca había, también farmacia y panadería  ¿Así quien no amaría ir al supermercado? 

Si eso no les parece suficiente había un par de pasillos completos lleno de dulces, cinco tipos de papas fritas, seis marcas de chocolate y el precio era bajisimooooo.

Quien no esté de acuerdo los invito a revisar sus libretas bancarias de esa fecha y hacer sus cuentas y comparaciones, yo la hago desde una libreta muy vieja y pese a que me encontraba en la niñez todavía, hago mis cuentas aproximadas, por lo tanto les dejo lo siguiente: En el año 2004, antes del cambio monetario, un empleado común y corriente ganaba un sueldo aproximado de 400.000 bs mensuales, de los cuales, 100.000 bs representaba el gasto de alimentación con lo cual se podía comprar todo lo necesario y un poco más, de echo sentías que hacías un mercado de rico, en ese entonces el dinero parecía rendir más.



No voy a entrar en temas polémicos de política, pero si pienso que el cambio monetario que implicaba en mover la coma tres ceros a la izquierda afectó mucho al venezolano, con este cambio el sueldo que antes era 400.000 bs paso a ser 400 con el ajuste de llamarse "bolívar fuerte", cambio que no favoreció mucho, si me lo preguntan, creo que en lugar de adelantar en algo terminó atrasando más al país y no se, pero esos céntimos no duraron mucho en circulación cuando una inflación, como no la habíamos conocido, hizo su triunfal aparición.

Les invito a ver el enlace a continuación acerca del bolívar fuerte para quienes no lo entienden.


Regresando al tema del supermercado, como mencioné con anterioridad, una inflación que antes no conocíamos comenzó a arroparnos, pronto las cosas empezaron a aumentar a precios descabellados y el dinero se hizo sal y agua, si eso les parecía poco inició el desabastecimiento. 

¿Como ocurrió eso? No lo sé y miento si digo lo contrario, pero lo que si recuerdo es lo siguiente.

Al principio fueron la aparición de los mercales donde vendían la comida a un precio más bajo que los supermercados y poco a poco las personas prefirieron comprar en ellos, así tuvieran que hacer colas; con el tiempo lo que inició como una minoría fue en aumento y las personas empezaron a volverse habilidosos al descubrir que si se iban más temprano se aseguraban comprar lo que necesitaban y además saldrían rápido de la cola (ese más temprano, se transformó en irse desde la noche anterior para algunos ociosos que no sabían el daño que hacían, y para otros, que lo aceptaron sin decir nada al respecto). Esto duró así unos años, iniciando solo en los mercales, pero ahora está en todos lados, ya que muchos mercales dejaron de funcionar y los supermercados comenzaron de desabastecerse debido a la baja producción en comparación con la demanda.

Entonces las colas que se hicieron costumbres en los mercales, se extendieron a los supermercados y el comportamiento habilidoso de algunos se convirtió en algo de la mayoría, porque lo que inició con el fin de solo ahorrarse unos billetes terminó en sobrevivencia del más vivo, empezaron a escasear las cosas y todos necesitaban comprar.



Y cada vez escaseó más y más la comida, así mi supermercado favorito también fue victima del vandalismo y perdió su magia; ahora muchos niños de hoy no sabrán lo maravilloso que era ir de compras con papá y mamá, las cosas que podías comprar, algunos posiblemente no conocerán el sabor de ciertas cosas y tantas otras perderán también su magia. 

Actualmente un sueldo promedio en Venezuela es de unos 68.000bf con el mentado cesta ticket, sin contar que algunas empresas ofrecen menos dinero con el fin de mantener a todo su personal y evitar despidos ya que no pueden pagar más, pero la cesta básica se encuentra alrededor de los 300.000bf, es decir, el 75% de lo que ganaba un venezolano promedio antes. 

Ir a algunos supermercados que si poseen ciertos alimentos es realmente un tormento, es ver los precios y saber que si compras algo no comprarás otra cosa, con suerte el dinero puede alcanzar para que viva una sola persona comiendo de forma limitada, ¿Como harán los que mantienen a una familia de 4? Hay mucha desnutrición y esto afecta más que nada a los niños y a los adultos mayores.

¿Como hace un niño, adolescente o joven adulto para concentrarse en los estudios si no se alimenta bien? A lo mejor hay niños y adolescente que estudian en colegios que cuentan con el comedor, pero el hambre esta en todos lados y la comida en esos lugares no dura. ¿Como no? Habrá jovenes adultos que cuenten con comedor en la universidad, pero como me pasó en varias ocasiones, al llegar a la entrada del mismo la comida se acaba y más de 200 alumnos que hicimos cola durante dos horas nos quedamos sin nada que comer y no tuvimos el consuelo de que al llegar a casa encontraríamos comida, sencillamente, porque no hay.

Escribo con tristeza, escribo con melancolía hablando de mi Venezuela querida, de lo que antes era y lo que ya no es, extraño la arepita rellena de diablito en los desayunos, los panes con jamón y queso de las meriendas, las hallacas de diciembre y las tortas de los cumpleaños, ¿Será que un día volverán? Tengo fe de ello, porque muchos se van, algunos eternamente y otros temporalmente, pero quedamos muchos otros que lo único que nos queda es orar, trabajar duro y vender nuestras cositas de valor para tratar de mantener a nuestras familias y llegar a fin de mes. 

Con esto me despido y que pasen muy buenas noches.


miércoles, 7 de septiembre de 2016

Somos Jóvenes

Somos Jóvenes.

Es difícil tomar la decisión de escribir sobre tu día a día cuando este se encuentra rodeado por una nube gris que parece nunca apartarse bajo ningún concepto, aún cuando lo intentas. Tal vez también se compare con un mar intranquilo que te arrastra con el fin de arroparte y llevarte hasta el fondo de su profundidad. 

¿Por qué? 
Eso es lo que muchos jóvenes venezolanos nos preguntamos. 


Anteriormente a nuestra edad, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23... hasta aproximadamente los 30, nuestra preocupación era estudiar, conseguir un buen trabajo y darte tus "lujitos", muchas veces era simultáneo, mientras estudiabas trabajabas y con eso podías ayudar a veces en casa y el resto era para ti, salir el fin de semana, ir a comer algo que te gustara, comprarte ropa de marca, salir con el novio/a, viajar y comerte al mundo, e incluso para los mas ambiciosos su plan era ahorrar un par de años con mucho esfuerzo y lograr comprar su primer carro o su primera casita con el fin de irse independizando... pero eso... eso ya no es así. 

En años anteriores las familias podían irse de vacaciones, y los niños regresaban en septiembre al colegio llenos de alegría y felicidad compartiendo historias maravillosas, estrenando el uniforme nuevo de pies a cabeza, con su lista de útiles escolares completa y ni hablar de morral, lonchera nueva y su buena merienda, ¿Quien diría que un día todo eso sería un lujo? Para el que no lo crea entonces vea el siguiente vídeo, mi querida Venezuela en el año de 1980. Así pasaba las vacaciones un venezolano promedio de esa epoca.


Mi maravillosa Venezuela, que triste es decir que ya no es así. 

Hoy en día, los jóvenes se encuentran de frente con un futuro incierto, sobre todo durante las edades antes mencionadas, que son en realidad cuando muchos comienzan a preocuparse y plantar los pies sobre la tierra, nos encontramos que ya no hay aquel anhelo por entrar a la universidad, por estudiar, trabajar, ahorrar, ¿y saben por qué?... Porque ya no se puede. Estudiar se nos volvió un lujo, incluso para aquellos que se encuentran o piensan ingresar en colegios y universidades públicas.

Si estudias no produces porque si consigues trabajo no tiene flexibilidad de horario y si tienes la suerte de encontrar uno que se adapte a tu horario entonces quedará lejos y la paga será mala, así de simple ¿y como se hace con la familia? Porque ahora la preocupación no es ayudar de vez en cuando, ahora se trata de cobrar y dejar el dinero en la casa, ¿Y eso por qué? Eso es debido a que el dinero no alcanza ni siquiera para sustentar lo más importante, la alimentación.

¿Y que pasa con los niños que antes iban de vacaciones con la familia durante los meses de agosto y septiembre? Ya no lo hacen. Quizás habrá algunos privilegiados que logren ir a la playa si les queda cerca pero... la mayoría regresa a sus horarios de clase triste, pálido, cansado y cuando hablan con sus compañeros ya no hay nada que contar, no hay muchos uniformes nuevos, la mayoría están llenos de remiendas o son de segunda mano, no habrá lista de útiles porque muchos padres no tuvieron con que comprarlos y las loncheras, si es que tienen, están vacías, porque en su casa no había nada que comer. 



Esa es la realidad que estamos viviendo recientemente los venezolanos, esa y muchas otras más, no vengo a hablar de política ni nada que se le parezca, hablo de realidad, de tristeza y de este día a día que nos rompe el corazón. 

Como dice esta entrada: Somos Jóvenes. 

Pero la culmino el día de hoy de la siguiente manera: Somos jóvenes a quienes nos han robado la juventud y Niños a quienes les han robado su niñez.


Que tengan una buena tarde y muchas gracias por leerme, espero que Dios esté con ustedes así como le pido que me acompañe a mi y a mi familia mañana y siempre para continuar nadando contra esta corriente.